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Estoy felizzz porque esta semana ha comenzado la primavera, que es mi estación favorita. Pero de momento están los cielos aún muy grises, y no disfruto del color de tantas flores en ebullición típicas de esta época. Bueno, eso tiene fácil solución, y es esperar unos días.
Peor solución tiene la de mi amigo Dragoberto, un dragoncete muy especial que no soporta el fuego. Y claro, siendo un dragón, es algo realmente complicado. No le gusta porque cuando es su cumpleaños y lo está celebrando con sus amigos, al soplar la tarta derrite tanto el pastel como los caramelos (qué bzzztidioso). En invierno hace muñecos de nieve, pero cuando tose por culpa del frío, derrite todo lo que hay a su alrededor.
Intenta por todos los medios romper la máquina que lleva dentro que fabrica el fuego, pero no lo consigue, por lo que va a visitar a una amiga suya en el río encantado, la sirena mágica Carolina. Su amiga le prepara un filete con muchos ingredientes y le dice que espere algunos días. Y mientras Dragoberto se va feliz, la sirena se da cuenta de que ha confundido alguno de los ingredientes.
Así que cuando Dragoberto, feliz porque podrá toser, estornudar y soplar las velas de su cumpleaños sin que salga fuego por su boca, se marcha a celebrarlo con sus amigos. Y allí... digamos que ya no echaba fuego, pero sí otras cosillas.
Si quieres saber cómo acaba la historia te invito a que leas este maravilloso y divertido cuento escrito por Sévereine de la Croix y Anthony Signol, e ilustrado por Pauline Roland. Está editado en España por Picarona.
Yo ahora me voy a esperar que lleguen los días luminosos. Mejor no le pido a la sirena que salga el sol, no sea que se haga más de noche todavía. Bzzzzzzzz Nos vemos el miércoles que viene.
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