En el año 1100 de nuestra era, el conde Armando regresa a sus dominios en la Aquitania francesa luego de haber participado en la conquista de Jerusalén en la conocida como Primera Cruzada. Han transcurrido varios años desde que abandonara por primera vez la casa paterna para embarcarse en una serie de empresas en cuyo transcurso intentaba obtener respuestas a las inquietudes que agitaban su espíritu, sin lograr conseguirlo. A su memoria acuden el cerco de la ciudad de Huesca en el reino de Aragón, la mujer que allí encontró -la única a la que amaría realmente toda su vida-, su estancia en el castillo de Montearagón, su contacto con el Cid Campeador en Valencia, su rebelión contra Dios y su apresurada y forzada vuelta a su feudo de Montiñac. Luego, su presencia en el concilio de Clermont, su marcha a Palestina, el cerco de Antioquía, las penurias, la sangre, las masacres y la final conquista de la ciudad santa. Ahora es un hombre distinto, de alma endurecida, atormentado por la muerte de inocentes que pesa sobre su conciencia y poseedor de un secreto personal que tan solo su más fiel vasallo Gilberto de Aubon conoce.
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José Javier Munárriz, autor del libro
(Fuente: Heraldo.es) |
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